Muchas pequeñas y medianas empresas han encontrado en el revendedor de hosting la llave de su éxito. ¿Por qué este servicio ha sido la gallina de los huevos de oro para tantas? Bueno, aquí te contamos varias historias que te harán entender su poder. Continúe?
Imagínate a Marta, una diseñadora gráfica con mucho talento. Marta empezó a ofrecer sus servicios de diseño y no tardó en darse cuenta de que sus clientes necesitaban algo más: un lugar en la web. Entonces, decidió volverse revendedora de hosting. Así no solo ofrecía el diseño, sino también el alojamiento de las páginas web. La verdad, fue como matar dos pájaros de un tiro. En poco tiempo, Marta vio cómo su negocio crecía de la noche a la mañana. Ahora, puede dormir tranquila sabiendo que sus clientes están sobre ruedas, colocados en servidores fiables y seguros.
Por otro lado, tenemos a Juan, un geek de pies a cabeza. Juan tenía un pequeño ciber café donde también realizaba reparaciones de ordenadores. Un día, chateando con un amigo, se enteró del negocio de reseller hosting. Pensó: “¿Y por qué no?” Se armó de valor y dio el paso. Empezó de manera modesta, ofreciendo hosting a sus clientes habituales. ¿El resultado? En un abrir y cerrar de ojos, Juan había multiplicado sus ingresos. Su ciber café pasó a ser también un centro de servicios web y Juan, un empresario hecho y derecho.
Luego está María, una experta en marketing digital. María siempre estaba buscando formas de potenciar a sus clientes. Pues bien, cuando descubrió la posibilidad de ser revendedora de hosting, vio el santo grial. Ofrecer paquetes completos de marketing, diseño y hosting se volvió su carta ganadora. A tal grado que varios de sus clientes recomendaron sus servicios. Y ya sabes cómo va eso, el boca a boca puede ser más potente que la pólvora.